Los fenómenos naturales como terremotos, tsunamis y huracanes destruyen, matan y hacen desaparecer pueblos. Recordando los más recientes terremotos tenemos, el de Perú, el de Chile, el de Haití y ahora en el Japón. Muerte que siembra temor y dolor en el mundo. No avisa, golpea y mata. La ciencia y sus instrumentos de percepción no los logran captar.
Los huracanes que aparecen en el mar Caribe, también destruyen y matan, pero pueden evitarse muertes mediante la previsión como lo hace el pueblo Cubano, país más golpeado por los huracanes. Igualmente terribles son las inundaciones y deslizamientos que en particular golpean hoy los territorios del continente andino-amazónico. Miles de familias pierden todo, viviendas y siembras, viene luego la hambruna. Para las familias campesinas que viven de la tierra, su único medio de vida son sus cosechas.
La movilización solidaria es muy hermosa y siempre expresada por las poblaciones que tienen menos posibilidades económicas. La hermosa solidaridad popular entrega -no lo que le sobra- da lo que tiene y con mucho amor. Recordamos las colectas realizadas en todo el mundo para apoyar a los chilenos, a los peruanos y a los haitianos afectados por los terremotos. Seguramente ahora nuevamente, la solidaridad se movilizará a favor del Japón.
Mientras que los pueblos y naciones luchan a diario por defender la vida solidarizándose con los que más necesitan, la mafia monopólica de las transnacionales, que son los multimillonarios, elucubran y programan planes para continuar haciendo guerras, invasiones, ocupación y apropiación de lo mejor de las riquezas naturales de los países del mundo. Actualmente están preparando la INVASION del país petrolero africano de Libia.
Los medios de comunicación informan MENTIRAS para justificar la invasión, mientras que los criminales de la mafia puedan lograr su objetivo, ahora, el petróleo de Libia. En Libia silenciosamente, la mafia ha elaborado una oposición y se ha desatado ya una guerra civil interna para destruir el país y apoderarse del petróleo mediante una intervención “humanitaria” extranjera. Lo legal y soberano es que el propio pueblo Libio solucione sus problemas sin ninguna injerencia del exterior.
Las guerras de invasiones para apropiarse de las riquezas naturales a favor de las transnacionales las ejecuta el gobierno de los Estados Unidos. No es el pueblo de los Estados Unidos ni tampoco se beneficia el pueblo estadounidense. En Estados Unidos los trabajadores sufren vida miserable -esclavitud asalariada-, como en todo el mundo.
Ningún país está libre de la violencia de los fenómenos naturales y también de la violencia del monstruo de la mafia que traga sangre, petróleo y recursos naturales. Éstos son más peligrosos que los terremotos, tsunamis y huracanes por las armas mortales que tienen. Las víctimas de estas guerras planeadas por la mafia y sus peones, como el gobierno de los Estados Unidos, se quintuplican en relación a las víctimas producidas por los fenómenos naturales.
Más de un millón de muertes en IRAK ha producido la invasión y el bombardeo frecuente con aviones invisibles realizado por el gobierno y ejército estadounidense. Ahora la MAFIA de las transnacionales petroleras ya son dueñas absolutas del petróleo de Irak. Las muertes continúan y el pueblo iraquí nunca tuvo solidaridad del mundo por esta catástrofe. Al contrario los iraquíes son calificados de terroristas por pelear en contra de los invasores.
En Perú los robos ejecutados por los gobernantes son multimillonarios. Incluso desaparecieron los dineros de la solidaridad nacional e internacional a favor de los damnificados del terremoto de Ica. El ladrón y criminal japonés Alberto Fujimori robó a los peruanos más de nueve mil millones de dólares durante los 10 años de su dictadura criminal. Además su hija Keiko Fujimori saqueó toneladas de oro puro del santuario de Paititi, Cusco utilizando helicópteros del Ejército. El dinero robado a los peruanos esta en los bancos del Japón y también todo el oro saqueado.
Si cuantificamos las pérdidas de vidas y de cosechas y de tierras que está ocasionando el cambio climático en todo el territorio del Perú y sumamos las muertes de poblaciones indígenas ocasionadas por el envenenamiento de las aguas producto de la explotación de las empresas mineras y petroleras extranjeras, los DAÑOS son tan grandes como el actual tsunami del Japón. Sin embargo, para el gobierno peruano y la gama de racistas criollos y acriollados esta desgracia de los indígenas peruanos, no tiene importancia.
Ya comenzó toda la prensa mundial entre ellos la del Perú, a informar y con razón de los DAÑOS que ocasionó el terremoto y tsunami en el Japón. Mientras un silencio mortal oculta toda la desgracia que sufren los peruanos andino-amazónicos quienes como en todos los tiempos, en silencio van realizando la ayuda mutua, entre ellos mismos, y logran continuar haciendo la vida.
Estamos de acuerdo con la solidaridad nacional e internacional pero, la vida de todas las víctimas son importantes. El hambre, la violencia criminal y las guerras de los monstruos de la mafia, los terremotos y huracanes matan por igual a todos sin tener en cuenta el color de la piel ni los credos ideológicos fanáticos.
Considero muy oportuno EXIGIR que devuelva los nueve mil millones de dólares que robó el ladrón Alberto Fujimori junto a su hija Keiko, mujer sin escrúpulos que ha fungido de primera dama y que quiere ser presidenta sólo para continuar robando a los peruanos y terminar de destruir nuestro país, tarea que empezó su ladrón y criminal padre.
El pueblo tiene la palabra.
Economista Gladys Osorio Falcón
Profesor Lucas Cachay Huamán
Montreal, 11 de marzo de 2011
